Jun 8, 2020
Desde donde me encontraba en la iglesia de Papantla, esperando agarrar aire cerca de la puerta lateral, miré a mi alrededor para ver docenas de mujeres con los ojos llenos de lágrimas. La procesión volvió a las calles de Papantla, encabezada por el obispo con sus vestimentas verde esmeralda. Marcharon durante la siguiente hora por la ciudad, sosteniendo sus fotos y gritando. Los espectadores se reunieron en las esquinas; los dueños de las tiendas se acercaron a la puerta para ver pasar a la multitud. "Unete, únete, que tu hijo puede ser," cantaban.
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